A Joaquín Sabina

Hola, soy Clicquot. Vivo en la calle Melancolía, donde cada noche a la orilla de la chimenea me siento a olvidar.

Para olvidar el amor y los besos de Judas. Para olvidar las más de cien mentiras que me hizo aquel pirata cojo por el que me tomo pastillas para no soñar

Él, que no era ni tan joven ni tan viejo, me llevó por el Bolulevard de los sueños rotos, hasta que nos dieron las diez y el ruido cesó. Fue entonces, cuando sonó la canción más hermosa del mundo y el rock and roll de los idiotas... y nos besamos en aquel lugar al que volvimos 19 días y 500 noches.

Pero cuando llegó la nube negra y las lágrimas del cielo dieron por borrada nuestra historia, me di cuenta de que habíamos sido algo más que aves de paso, que simplemente lo nuestro había emigrado como lo hacen los pájaros de Portugal. Porque nosotros necesitábamos naufragar a islas remotas como los peces de ciudad, porque éramos libres... porque nos sobraban los motivos

Y ahora que estoy sin tí, me siento cada día en frente de un vaso con vinagre y rosas,y si amanece por fin, pensare por el día en que no significaste nada, pero cada noche, a la orilla de la chimenea tú volverás a ser aquel pirata cojo y yo la viuduta de Clicquot.

A pesar del peso de los días y la soledad de las noches... sin embargo te quiero

He mirado en mi cabeza no encuentro ningún motivo,
la verdad es que me interesa solo porque está prohibido.
El mejor de los pecados, el haberte conocido 
tù no eres sin mi yo sólo soy contigo 
y cuidar de las estrellas puede ser un buen castigo. 

Bello día.

En busca de las siete llaves del misterio,

siete versos tristes en una canción,

siete crisantemos en el cementerio,

siete negros signos de interrogación.

En tiempos tan oscuros nacen falsos profetas

y mucha golondrinas huyen de la ciudad,

el asesino sabe más de amor que el poeta

y el cielo cada vez está más lejos del mar.

Lo bueno de los años es curan heridas,

lo malo de los besos es que crean adición;

ayer quiso matarme la mujer de mi vida,

apretaba el gatillo... cuando se despertó.

Me enamoro de todo, me conformo con nada;

un aroma, un abrazo, un pedazo de pan

y lo que buenamente me den por la Balada

de la Vida Privada... de Fulano de Tal.

La vanguardia es asi,

mi capricho es ley,

la entrada es gratis

la salida vemos.

Dame un poquito de amor

no quiero un toco.

Quiero algo de razón,

no quiero un loco.

Apagá el televisor.

Si lo que te gusta es gritar

desenchufa el cable del parlante.

El silencio tiene acción

el mas cuerdo es el más delirante.

Para Siempre.

Recién llego de sacarme la foto carnet para el ingreso a la facultad, y me di cuenta de una cosa: Que poco falta para terminar el añooooo!

¿Qué pasa Ro, te agarro la melancolía pre-fin de colegio?

Si, la verdad que si. Pensar en estos últimos años (los de polimodal) me resulta medio raro, es decir, pensar en que los mejores años de mi vida se estén terminando, es re loco. Pensar en dejar el cole, EL Mauro Golé, que tantas cosas lindas me dio.. Dejar a mis compañeros, con quien comparto cinco horas diarias llenas de gritos, peleas, risas, retos, para pasar a una vida nueva, en tan solo 15 días (son menos pero no da sacar la cuenta) todos vamos a tomar caminos diferentes, muchos cerca, otros lejos, vamos a ir experimentando cosas nuevas, amistades, lugares, estudios.

Hoy me acordaba del primer día que pise el Instituto, tan pequeños y todo eso se paso taan rápido que de un día para el otro pasamos a ser los mas grandes! Tanto esperar las camperas, tantos Familia a Jugar, tantos Clemen's y Juventud (el mejor), actos, charlas, horas de clase super copadas, todo lo que viví ahí adentro no se puede describir.. Y pensar que una vez en 4to grado nos dijeron que en este lugar siempre se lo pasaban estudiando en los recreos..

Esos años no los cambio por nada, y quisiera que no se termine nunca esto, quisiera seguir siendo la PROMO ' 10, la Promo del Mundial, la promo de los 50 años del Colegio.. de tantos que le quedan a ese bello lugar. Sin dudas de acá me llevo los mejores recuerdos, los mejores amigos, los mejores profes que no solo me enseñaron lo de su materia, sino a ser (o intentar ser) una mejor persona cada día, a trabajar en grupo, a compartir con los demás.

Y gracias al cole también por darme el mejor salón, 3ro A los quiero muchísimo y los banco a muerte, son lo mejor que hay, gracias por todos esos días con ustedes, por los partidos de fútbol, los Familia a Jugar, por todo una y mil veces gracias. ♥

(Me siento una pelotuda escribiendo esto y se que no soy buena, pero lo necesitaba)

Que nadie me mida el corazón

"Cuando era chico y escuchaba algo que me gustaba, creo que entraba en trance. Empecé a escuchar música de muy chico: es algo con lo que tuvieron mucho que ver mi mamá y mi tía, pero especialmente un abuelo muy melómano, que era colectivero y cuando él volvía de trabajar se ponía con el combinado. Yo lo miraba a escondidas, pero de ahí adquirí el hábito. Luego escuché Sgt Pepper’s y me volvió loco, y a los 11 años ya tenía la colección completa de Los Beatles. Si una canción me gustaba mucho yo entraba en un estado de beatlemanía: de pronto estaba en Liverpool tocando con ellos.

Ahora, por lo general, siempre estoy tratando de recuperar ese sentimiento de cuando alguna canción me transportaba a otro lugar. A mí me pasó que a medida que iba juntando más experiencia como músico, cambió mi manera de escuchar y de relacionarme con la música. Siempre existen cosas para descubrir o redescubrir, pero son pocas las cosas que me conmueven profundamente como al principio. Hoy tengo una escucha más quirúrgica de la música, aunque aquella otra experiencia de mi infancia no se perdió del todo. Sigo buscando. Y eso es lo que me sucedió con “La casa de al lado” de Fernando Cabrera, en especial con la versión de Liliana Herrero.

Conocí esta canción cuando Liliana estaba armando el repertorio de Igual a mi corazón, y me la cantó a capella. Ella arrancó con: “No hay tiempo, no hay horas, no hay reloj” y yo ya estaba otra vez en Sarandí con Pablo Ramos y los pibes, en verano y sin hacer nada. Tardes enteras en cueros, muertos de calor, en patas en la vereda, con el tocadiscos fuerte en la casa de mis abuelos. No nos aburríamos de hacer eso. Ese tema que hizo acordar de aquello. Una de las cosas sensacionales de la letra es que describe algo del barrio, pero aunque puede parecer costumbrista no lo es demasiado: el costumbrismo mucho no me gusta, tiene que tener algo psicodélico en el medio, y esto lo tiene. Es la clase de temas que uno conoce aunque no lo haya escuchado antes, parece que siempre hubiera estado ahí, como “Muchacha”, “Yesterday” o “Lately”, de Stevie Wonder. La melodía es hermosa y los acordes iban sonando en mi cabeza, a pesar de que Liliana cantaba a capella.

Creo que el mérito mayor de Fernando, es que es imposible imaginar otra melodía para esa letra (y viceversa). Son geniales las dos cosas e inseparables. Y es muy lindo cómo llega el estribillo después de las estrofas, parece un desahogo. Me gusta mucho que si bien hay un tono melancólico, no es un bajón. En general no me gustan los temas tristes, y a éste no lo siento exactamente triste. La letra parece decir que, bueno, las cosas eran así; está buenísimo que fueran así pero ya han pasado, y el mejor momento es ahora. “Se pasa el año, se pasa volando”, dice la canción, y el verso me resulta impactante: el momento es ahora, es importante, no hay que dejar que se nos escape. Al menos eso es lo que yo interpreto, lo que me llega."

Por Ernesto Snajer

pd: Tal cuaaaaaaaaaaal

¿Cómo es eso?¡¿Qué se hace el amor?¿Cómo es eso? Explicate mejor no se hace el amor, no se hace el amor, el amor no se hace, no se hace. Esa ideita moderna de que se “hace” el amor, ese verbo de segunda es lengua de explotador.. No se hace el amor, no se hace el amor el amor no se hace, no se hace el amor. No podríamos hacerlo entonces si nos falta el capital y los que vivimos cortos no podríamos amor armar, no se arma el amor, no se hace el amor,el amor no se hace No se hace el amor.

"A vos te han hecho daño"

Me dijiste al oído

mientras me sonreías como firmando un cuadro

El cuadro de mi daño

Mientras amás a otros me mirás desde lejos

Admirando tu obra, la de mayor tamaño

El cuadro de mi daño

Me decís con orgullo que soy tu lienzo más importante

Que apenas un trazo y un solo color hicieron tu obra más grande

Que sienta alegría no sienta dolor que cualquiera no es tela de nadie

Que hay hombres para ser hombres nomás

Y hay hombres para ser arte.

Te extraño cuando llega la noche

pero te odio de día,

después me subo a tu coche

y dejo pasar la vida.

Debería dejarte,

Irme lejos, no volver.

Pero es inútil negarlo:

Tú me estás atrapando otra vez,

contigo sólo puedo perder.

Jugaste,
Mentiste,
Fallaste,
No viste quien soy

Amaste,
Te fuiste,
Curaste,
Pediste perdón

Y dentro de su cuento ella era cenicienta,
su príncipe era un hippie de los años sesenta

..una chica que vivió la euforia
de ser parte del rock
tomando té de peperina.